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dimecres, de juliol 07, 2004


Tres jóvenes estadounidenses, a un gran ritmo, cruzan a nado el Estrecho, justo un día después de que un onubense y un catalán saldaran también con éxito la travesía


Un total de cinco personas han cruzado a nado en lo que va de semana los 14 kilómetros que distan Punta Marroquí, en Tarifa, de Punta Sires, en Marruecos.

El buen tiempo que coincide con la época estival señala cada año el inicio de lo que se ha convertido a lo largo del siglo pasado y hasta hoy en día en todo un reto para nadadores profesionales o aficionados que desean alcanzar la orilla de Marruecos para entrar dentro de los pocos, ya bastantes, que cruzan el charco como simple superación personal. Se trata de una empresa arriesgada y que precisa de un enorme esfuerzo físico.

El pasado martes eran dos españoles, Luis Eugenio Agudo Labriega, de 55 años, y Pere Estatuet Llorens, de 36 años, quienes se sumergían en las cálidas y embravecidas aguas del Estrecho, para en un tiempo de 5,24 y 5,36 horas, respectivamente, salvar la distancia de agua.

Ambos reconocían sentirse muy satisfechos con la marca y la experiencia. Luis Eugenio, que dedicó su proeza al pueblo de Cala, en Huelva, aseguró con orgullo haber sido el primer andaluz de más de cincuenta años que cruza el Estrecho. Por otro lado, Pere, que recordó a su pueblo Monistrol de Montserrat, es con ésta la tercera vez que lo logra.

Ayer tres estadounidenses, Amber Rhett, Heather Royer y Neala Kendall; de 32, 29 y 25 años de edad respectivamente, también rellenaban las hojas de cuantos aceptan el reto del Estrecho. Además las tres jóvenes, que gozaron de una buena marea al igual que del tiempo, imprimieron un ritmo constante y rapidísimo que les hizo marcar registros de 4,48; 4,36 y 4,36 horas respectivamente. Una vez en el puerto las jóvenes desembarcaron del barco de apoyo como si acabarán de "echarse una siesta", más frescas que una lechuga.

Entre delfines y cachalotes y acompañados por la embarcación Rainbow y una zodiac de la Cruz Roja, los nadadores atravesaron esa ancha y estrecha franja de agua que separa a dos culturas tan diferentes. Se tiene constancia de travesías incluso desde 1928. Los hay que optan por realizar el recorrido sólo ida, ida y vuelta o con un traje de neopreno. Hace poco David Meca revitalizó esta bella aventura.




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